El Insidioso Legado de un Juego de Mesa

Sobre la desigualdad (Parte 1 de X)

Xavier Loeza
5 min readJul 1, 2021

PProbablemente estés familiarizado con la historia del juego “Monopoly”, pero en caso de que no sea así, espero que te parezca igual de graciosa que a mí.

A finales del siglo XIX, Elizabeth Magie — una mujer particularmente interesante para su tiempo, al ser escritora, comediante, activista además de ingeniera — desarrolló un juego de mesa al que llamó “El Juego del Propietario” (The Landlord’s Game), el cual resultó ser muy popular entre sus amigos además de diversos círculos intelectuales a lo largo de distintas universidades como Wharton, Harvard y Columbia, donde la popularidad del juego era tal que los estudiantes con frecuencia hacían copias improvisadas del mismo usando aquello que tenían a la mano.

La modalidad del juego era llamativa y extrañamente emocionante, tal vez las reglas no eran las que conocemos ahora, pero al menos eran lo suficientemente complejas como para pasar una tarde emocionante sin levantarte de tu silla. El juego en esencia intentaba ejemplificar los mecanismos de acumulación de riqueza y plusvalía que caracterizaban el monopolismo de su época, y en muchos aspectos también de la nuestra.

No obstante, ella sabía que algunas personas iban a encontrar difícil entender los mecanismos subyacentes a este sistema, pero pensó que si los mismos fueran puestos de manera concreta en la forma de un juego, tal vez serían más fáciles de demostrar. Además de que esperaba que la dinámica del juego despertaría en los niños cuando lo jugaran su intuición natural de injusticia y de esta forma pudieran llevar esta realización a la edad adulta.

El juego tenía una finalidad semi-propagandística con respecto a las ideas del economista Henry George cuya principal observación giraba alrededor de que la desigualdad en la distribución de la riqueza entre los seres humanos proviene principalmente de la desigualdad en la pertenecía de la tierra, defendiendo incluso que la tierra podía ser alquilada, pero nunca proclamada como propiedad.

Evidentemente un argumento que sugiera siquiera cuestionar el concepto de propiedad privada puede levantar muchas cejas, sin embargo, conforme el juego se hizo mas popular el motivo original del juego pareció quedar en el olvido. Así que después de renovar la patente un par de veces, Lizzie Magie decidió ceder los derechos de la misma a la manufacturera Parker Brothers.

Al cabo de un tiempo, tres décadas despues de que se le concediera por primera vez la patente al Juego del Propietario, Charles Darrow — un vendedor de calentadores de Philadelphia— registró a su nombre un revolucionario juego que él mismo inventó en el sótano de su casa, inspirado únicamente por el espíritu emprendedor y la necesidad de un mejor futuro de un trabajador honesto y desempleado con el inigualable ímpetu innovador de los sobrevivientes heroicos de la Gran Depresión, o en otras palabras, el personaje perfecto para una parábola de excepcionalismo industrial americano.

El juego que había inventado se llamaba “Monopoly”.

Look at that happy guy, isn’t he disgusting?

Después de solicitar y recibir la patente del juego, Darrow vendió su versión a Parker Brothers afirmando que era su propia invención, pero al ya contar con la patente del juego original fue mucho más fácil para ellos distribuirlo. Como consecuencia de las exorbitantes regalías producidas por las ventas generadas en el transcurso de los años Charles Darrow se volvió el primer diseñador de juegos millonario en la historia, mientras que la patente adquirida por Parker Brothers fue comprada a Lizzie por tanto solo $500 dólares.

Hilarante… ¿Cierto?

En la actualidad la manufacturera responsable de este juego es propiedad de Hasbro desde 1991 y se estima que aproximadamente 275 millones de copias son vendidas cada año. En esencia, lo que empezó como una moraleja económica y social, terminó siendo un ejemplo directo de aquello sobre lo que quería advertir.

Por otro lado, a pesar de que sus esfuerzos por ser una herramienta educativa cuya finalidad era exponer las fallas inherentes al sistema capitalista que tanto Elizabeth Magie como muchos de sus contemporáneos habían observado desde su infancia durante el auge de la Revolución Industrial no fueron del todo fructíferos, sigue siendo un excelente modelo para ejemplificar el resultado natural de un juego comercial donde se empieza con una cantidad limitada de recursos y toma lugar un intercambio de valores.

Es decir la aglomeración de capital — refiriéndose con ello a todos los ítems que son intercambiados — , en una concentrada minoría de participantes desproporcionalmente beneficiados.

Extrapolemos este juego con la vida misma, es claro que hay un elemento aleatorio en la existencia que afecta nuestras vidas de manera directa y que es imposible de erradicar, desde el momento de la historia en el cual emergiste, el punto geográfico al cual fuiste arrojado (utilizando el término existencialista) o las habilidades que te fueron conferidas al nacer como resultado de la lotería genética de la que fuiste beneficiado.

Lo que no lo hace muy diferente a un tiro de dados.

Un ejemplo sencillo de este tipo distribución surge del análisis empírico del panorama digital contemporáneo en donde la atención de la humanidad es captada por una pequeña cantidad de plataformas digitales que por consecuencia se han convertido en los oligarcas de facto modernos al contar con la posibilidad de controlar el discurso global, al mismo tiempo que son creadas poco más de 1 millón de aplicaciones cada año tanto para iOS como para Android.

Sin embargo, algo que debes de tomar en cuenta al hablar de estos temas, es que este tipo de distribución aparece en diferentes niveles de análisis y a lo largo de diferentes iteraciones incluso aunque el sistema que la origina está moderado en grado variable por mecanismo aleatorios.

Una vez dicho esto, hablemos de la distribución de Pareto…

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Xavier Loeza

estudiante | aspirante a psiquiatra; leo y comparto sobre psicología, neurociencia, religión y psicodelia; también escribo cuentos. IG/YT: @craneodevangogh